Que
enseñar y
educar es difícil es algo bien sabido por todos. De hecho, lo fácil es hacer o que hacen algunos que dejan a sus hijos hacer lo que les dé la gana, o que por ejemplo, en un restaurante, corran entre las mesas, atropellen al camarero, griten, salten y que molesten al de al lado mientras ellos se relajan. Eso es muy cómodo pero, ¿Es
positivo a la larga? Probablemente la respuesta sea un gran y rotundo NO. ¿Entonces, debemos ser unos padres inflexibles que hagan del grito y la regañina, e incluso el castigo, su mejor arma de defensa y de instrucción? Ya os digo también que, a la larga, esto no resulta nada beneficioso para el niño. Así que de nuevo un gran y rotundo NO. ¿Entonces? ¿Cómo lo hacemos?. Ya os digo que no es fácil, pero la clave pasa por aplicar la
educación y
crianza en positivo.
Los padres somos los responsables de
educar y criar a nuestros
hijos. De guiarlos en la vida y transmitirles valores que le serán muy útiles de cara a un futuro en la que tengan que enfrentarse al mundo solos y como adultos. De lo que hagamos en sus primeros años de vida depende todo. En serio, el niño sí se entera, lo entiende todo, y es muy importante que desde el principio le transmitamos
amor, mucho
amor, pero también
valores y
normas. Para abordar hoy el tema de la
crianza en positivo (que daría para varios episodios) vamos a hablar en este post de las
consecuencias positivas y las
consecuencias negativas. Seguramente, si estáis aquí es porque os interesan asuntos de
maternidad y, por ende, seguro que buscáis mucha información al respecto y estaréis al tanto. Por ello, es probable que esto de las
consecuencias ya os suene e, incluso, que las apliquéis en vuestro día a día. Por resumirlo, es el tema de las caritas tristes o caritas alegres (hay versiones, pero este resulta muy efectivo).
La idea es la siguiente. Hay que establecer primeramente las denominadas "
Normas de casa". Lo ideal es hacerlo con el niño al lado. De esta forma, podemos explicarle lo que significa cada cosa. Cuáles son las
normas. Posteriormente, dibujaremos una tabla con espacios en blanco para calificar al niño con caritas alegres o tristes. A continuación, pactaremos con el niño qué
consecuencias positivas y qué consecuencias negativas habrá. Por ejemplo, si una de las
normas de casa es "Hacer caso a papá y a mamá" y el niño, durante el día, incumple esa norma, a pesar de haberle advertido que lo está haciendo, y reitera en ese comportamiento, dibujaremos una carita triste. Si hay 3 caritas tristes, esto equivaldrá a, por ejemplo, quedarse sin un juguete durante un día (es lo que pactaremos previamente con el niño). Sin embargo, si el niño hace algo que sea digno de una carita sonriente, estaremos veloces para dibujarla (y es que hay que reforzar también mucho las buenas actitudes del niño). Cuando ya tenga 3 caritas sonrientes, la recompensa será por ejemplo dar un paseo en bici.
Con todo, el niño irá aprendiendo qué puede hacer y qué no puede hacer. Debe haber límites en casa (y en la calle), pero tenemos que
reforzar las actitudes
positivas también. Enfocarnos en ellas. No sólo estar pendiente de qué hace el niño mal. Poco a poco esto será positivo para el niño y también para nosotros como padres.
¿Habíais oído hablar de la
crianza en positivo? ¿Conocíais esto de las
consecuencias positivas y negativas?
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